Hematología
Hematología
La hematología es la rama de la ciencia que se ocupa de la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de enfermedades relacionadas con la sangre, los ganglios linfáticos, el bazo y la médula ósea. La hematología se ocupa de las enfermedades congénitas y adquiridas que causan niveles altos y bajos de sangre, coágulos sanguíneos, oclusiones vasculares, cánceres de sangre y médula ósea, enfermedades del sistema inmunitario y afecciones benignas y malignas que afectan a los ganglios linfáticos y el bazo. Los métodos de diagnóstico incluyen hemograma completo, frotis de sangre periférica, pruebas bioquímicas, biopsia y aspiración de médula ósea, pruebas genéticas y técnicas de imagen.
Avances en hematología
Los recientes avances en hematología han mejorado significativamente el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades. Los tratamientos individualizados basados en las características genéticas del paciente y la enfermedad ofrecen mayores tasas de éxito en comparación con los métodos tradicionales. Estos enfoques avanzados requieren un equipo de expertos y laboratorios de última generación.
Principales enfermedades hematológicas
- Anemia: Incluye deficiencia de hierro, deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico, talasemia, anemia falciforme y anemia hemolítica.
- Trastornos inmunitarios: Trombocitopenia inmunitaria (PTI), púrpura trombocitopénica trombótica (PTT), síndrome urémico hemolítico (SUH).
- Trastornos hemorrágicos: Hemofilia, enfermedad de Von Willebrand, trombastenia de Glanzmann, síndrome de Bernard-Soulier.
- Trastornos de la coagulación
- Insuficiencia de la médula ósea
- Leucemia: aguda (p. ej., leucemia linfocítica aguda, leucemia mieloide aguda) y crónica (p. ej., leucemia mieloide crónica, leucemia linfocítica crónica).
- Síndrome mielodisplásico
- Enfermedades mieloproliferativas: poliquistosis, trombocitosis esencial, mielofibrosis.
- Mieloma múltiple
- Linfomas: linfomas de Hodgkin y no Hodgkin.
Linfoma
El linfoma es un cáncer que se origina en las células del sistema linfático, que incluye los ganglios linfáticos, el bazo, la médula ósea y el timo. Se divide en linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin, con múltiples subtipos en cada categoría. El linfoma no Hodgkin es más común en adultos mayores, mientras que el linfoma de Hodgkin suele presentarse en dos grupos de edad: 15-40 y mayores de 55.
Los factores de riesgo incluyen el uso de fármacos inmunosupresores, la radioterapia, las enfermedades del sistema inmunitario, la exposición a sustancias químicas y ciertas infecciones virales.
Síntomas: Inflamación de los ganglios linfáticos (cuello, axilas, ingle), fatiga, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, dificultad para respirar, saciedad precoz y picazón en la piel.
El linfoma a menudo puede tratarse con éxito con quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia o trasplante de médula ósea, dependiendo del subtipo y la etapa.
Policitemia
La policitemia se caracteriza por un aumento del nivel de glóbulos rojos (eritrocitos). Los umbrales de diagnóstico incluyen:
- Hemoglobina > 16 g/dl o hematocrito > 48 % en mujeres
- Hemoglobina > 16,5 g/dl o hematocrito > 48,5 % en hombres
Síntomas: fatiga, mareos, visión borrosa, zumbidos en los oídos, picazón, sudoración excesiva, sensación de ardor en manos y pies, facilidad para la aparición de hematomas y sangrado.
Complicaciones: el aumento de la viscosidad sanguínea puede provocar oclusiones vasculares, presión arterial elevada y agrandamiento del hígado y el bazo.
Agrandamiento de los ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos desempeñan un papel clave en el sistema inmunitario y están distribuidos por todo el cuerpo. Los tamaños de hasta 1 cm se consideran normales. El agrandamiento puede indicar diversas afecciones, como infecciones, enfermedades reumáticas o cánceres.
Indicadores clave:
- Aumento persistente durante 2-3 semanas a pesar de la observación o los antibióticos.
- Aumento en múltiples áreas.
- Síntomas acompañantes como fiebre, pérdida de peso, debilidad y sudores nocturnos.
Deben realizarse evaluaciones adecuadas, que incluyan exámenes físicos, pruebas de laboratorio y de imagen. En tales casos, se recomienda consultar con un hematólogo.
Leucemia mieloide crónica (LMC)
La LMC es un cáncer de la sangre de progresión lenta que se caracteriza por un elevado número de glóbulos blancos inmaduros en la sangre, la médula ósea y el bazo. Los glóbulos blancos son esenciales para la función inmunitaria.
Síntomas: fatiga, debilidad, dolor óseo, sensación de plenitud abdominal, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. En algunos casos, la LMC se diagnostica de forma incidental mediante análisis de sangre rutinarios.
Los síntomas de la LMC suelen progresar con el tiempo, por lo que la detección temprana es fundamental para un tratamiento eficaz.
Doctores de la Unidad

Prof. Dr. Ali Hakan KAYA
